por A. Federico Picasso
Leonardo Favio es el primer gran autor del Cine Nacional y representa la concreción de un nuevo cine argentino de raíz moderna que trasciende la tradición y el legado del sistema de estudio hollywoodense buscando una identidad local e innovadora a las vez que pretende un valor universal. Es el precursor de un cine argentino más maduro, personal, donde la experimentación narrativa empieza a ponerse en juego. Es un cineasta que tuvo la capacidad de contar con la aceptación de la crítica y la intelectualidad, pero también con el apoyo masivo del público popular. Su obra ha sido para varias generaciones de realizadores un punto de partida y referencia que no se puede ignorar bajo ninguna circunstancia.
Favio es un verdadero hombre del cine, no podría haber sido otra cosa que cineasta. Esto se debe a que pertenece a esa raza de directores que realmente hablan desde la propia materialidad del cine (sus formas de luz, sombra y sonido) y no solo desde las historias que eligen contar.
Él es imágenes, gestos, un sonido, el canto de grillos. El es sólo cine, cine puro por fuera de cualquier lógica o pretensión. Es una sensibilidad rústica, bruta, bárbara pero inocente, pura y libre. Es vital y agónico; festivo y melancólico. El alcance de su poética es existencial auque se muestre anecdótico; es efímero pero absoluto.
El último plano de la película Juan Moreira y no nos muestra a un Moreira vencido que yace muerto, sino que lo congela en acción, vestido de blanco, con la mirada al cielo sonriendo entre sudor y sangre, vencedor en el poema: “con este sol…” frase apenas dibujada en los labios del héroe trágico con humilde sensibilidad que encierra todo el sentido de la poética de un maestro del cine.
