Después de haber participado en el Doculab del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG) el documental argentino La gente del río de Martín Benchimol y Pablo Aparo fue recibido en su primera proyección con sala llena, risas cómplices y múltiples inquietudes del público. “Guadalajara es nuestra meca, estar en competencia acá es como ya está… no hay más nada” señalaba Benchimol.
La historia de un pueblo pequeño que ha quedado estático en el tiempo se puede contar como la historia de una familia, a a través de sus retratos en este caso retratos vivientes. El documental de Benchimol y Aparo toma como pretexto la subjetividad Ernestina, un pequeñísimo pueblo de 150 habitantes a menos de dos horas de la Capital Federal al suroeste de la provincia de Buenos Aires, como punto de partida para contar un tema universal. Como humanos compartimos historias, miedos, sensaciones que percibimos con la misma intensidad aunque nuestros contextos puedan ser diametralmente opuestos como lo son la vida en un pueblo en contraste con la de una ciudad. “Nos parecía que contar una historia sobre la inseguridad en Buenos Aires iba a ser lo mismo que hace la tele, nosotros queríamos ver qué pasaba en otros lugares” decía Aparo tras la proyección.
La amenaza de la gente ajena al pueblo, la gente del río (el extranjero), es el punto de unión de la comunidad, el hilo conductor del documental y un reflejo de la idiosincrasia argentina. La gente del río esta narrada como un cuento que toma sucesos menores para el ojo citadino- un robo al almacén o el incendio de la caseta de vigilancia- y las convierte, mediante un montaje de suspense, la subjetividad de sus personajes y el peculiar contexto del pueblo, en situaciones dramáticas. En la ópera prima de Aparo y Benchimol los opuestos son una constante: Viejo-joven, estático-dinámico, local-extranjero, bueno-malo, viejo- nuevo, seguro-inseguro, local - extranjero. El ambiente y el ritmo del pueblo está plasmado a través de los silencios que se sostienen entre frase y frase; planos que en otros documentales no suelen entran en el corte final.
La gente del río es un documental que muestra una argentina poco conocida para los extranjeros, una argentina con una terminología local que es compleja para los foráneos pero también lo puede ser para el porteño o habitante del conurbano que no suele aventurarse en el pampa bonaerense. “Cuando estuvimos en Alemania pensamos: ¿qué les llegará a esta gente?” menciona Benchimol sobre un personaje cuya sonoridad de las palabras e histrionismo a veces decía más que su significado. La gente del río (se proyectará en la próxima edición del BAFICI) nos demuestra que el ser humano comparte reflexiones y patrones en menor y mayor escala. Al final el miedo que nos unifica como especie, la finitud de nuestra existencia, está latente en todas las latitudes.